Descubre cómo reduciremos nuestras emisiones un 15%
A menudo, cuando las empresas hablan de sostenibilidad, no pasan de referirse a una serie de generalidades que en la mayoría de los casos no son sino declaraciones de buenas intenciones con muy escasas medidas de concreción. En Casas de Hualdo hemos querido llevar a la acción nuestro compromiso y medir el impacto real de nuestras decisiones. Para ello, medimos hace escasos años nuestra huella de carbono basándonos en el protocolo internacional GHG, un estándar corporativo de contabilidad y reporte de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) de la organización. Los gases estudiados fueron: CO2 (dióxido de carbono), CH4 (metano) y N2O (óxido nitroso), por considerarse como los más importantes por su repercusión sobre el medio (incluidos en el protocolo de Kioto junto a otras tres familias de gases: HFC, PFC y SF6).
Para establecer la base del cálculo, se utiliza la aproximación estándar del protocolo que permite calcular las emisiones de GEI mediante la aplicación de factores de emisión documentados. Estos factores relacionan las emisiones de GEI con una medida de actividad en una fuente de emisión. Resulta imprescindible definir los alcances de lo que se quiere medir, es decir, acotar de forma concreta los aspectos de la organización que formarán parte del cálculo. En nuestro caso, por su relevancia en nuestra actividad, definimos los siguientes:
- Alcance 1: emisiones directas asociadas a la aplicación de fertilizantes minerales, de fertilizantes orgánicos y asociadas a los vehículos de Casas de Hualdo.
- Alcance 2: emisiones indirectas por el uso de energía eléctrica para la almazara, oficinas y riego del olivar.
- Alcance 3: emisiones indirectas asociadas a los viajes de representación comercial en avión y tren y a los transportes de los empleados al centro de trabajo.
El resumen de los cálculos realizados se recoge en la siguiente tabla:
Tras la realización de este cálculo, hemos emprendido diversas acciones de cara a reducir las emisiones asociadas a nuestra actividad. Ejemplo de ello es el establecimiento de la primera planta fotovoltaica en la finca en el año 2018, con una potencia instalada de 567kWp. Esta apuesta se ve complementada por una segunda planta que está en plena construcción y otra más proyectada también para la segunda mitad de este año 2021. Con ellas alcanzaremos una potencia total de más 960kWp, con la que podremos abastecernos de energía eléctrica limpia producida en la propia finca. Según nuestras estimaciones, con estas tres instalaciones podremos abastecernos de más de 800.000 kW/año de energía renovable, lo que supondría una reducción de más de 90T de CO2 eq, siguiendo los mismos criterios del cálculo realizado entonces.
Por otra parte, ya hemos iniciado los trámites para establecer nuestra propia planta de compostaje de alperujo, para producir en ella un abono orgánico de muy buena calidad, a partir de la pulpa, huesos y pieles de la aceituna obtenidos una vez elaborado el aceite. Con este proyecto, además de evitar el transporte del alperujo a la orujera (con las emisiones directas que eso supone), minimizaremos el uso de abonos inorgánicos, pues la fertilización del olivar se realizará con el compost producido. Esto podrá suponer una reducción de más de 22T de CO2 eq.